lunes, 24 de agosto de 2015

eclipse

Nos encontramos en su habitación. Aquella de paredes blancas y altos techos. De pequeñas ventanas y muchos objetos. La luz de luna entra y mi piel se empapa de ella. Y él me toca. Me besa la espalda y me susurra palabras de amor que se tatúan en mi corazón, en medio de un océano de sábanas claras.
Y las horas han pasado y el alba se asoma. El cielo es azul y rosa. Naranja y rojo. Morado y amarillo. Nos besamos los labios y nos envolvemos. Sentimos el calor del otro y decimos te amo hasta tocar de nuevo la tierra de ensueño. Y somos felices una vez más porque estamos juntos, porque al despertar no lo hacemos solos, porque nos miramos los ojos, nos besamos y volvemos a ser un eclipse.

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