sábado, 28 de abril de 2012

Es de noche y estoy junto a ti

Es de noche y la luna brilla adornada con estrellas a su alrededor. Hace frío, mucho, demasiado. Pero no lo siento debajo de esta pequeña casa hecha de cobijas que nos protege del suave susurro del viento, siendo calentada por tu lenta respiración, del dulce calor que nace de tu cuerpo recorriendo mi ser llegando a lo mas profundo de este. Este, es mi corazón. 


Es una calidez dulce. Embriagante, como rayos del sol acariciando tu piel. Como lo hacen la yema de tus dedos. Por mis brazos y mi espalda apegando nuestros cuerpos con suavidad. Te aferras a mi y yo no me retengo. Solo correspondo, acurrucándome contra tu fuerte y firme pecho, que acaricio con delicadeza y cariño, con cierta timidez. Lo disfruto por completo, teniendo pinceladas carmesí por mis mejillas, creadas por la felicidad. La alegría de tenerte, de estar junto a ti. 
De acariciar tu cuerpo, de sentir y escuchar cada latido de tu corazón que va al compás del mío, como nuestro respirar.


¿Será que somos uno? Tal vez. No me desagrada esa idea, al contrario, me fascina, me agrada más de lo que se podría imaginar. Estar junto a ti siendo uno,  unidos por un fuerte lazo que nadie ni nada podrá destrozar.  Es dulce, es embriagante, es maravilloso es, simplemente único y especial. Como tú.    
 

Deseo más que nada que eso se cumpla y sea realidad. Mantenerme unida a ti por siempre. Siendo de ti y de nadie mas, como tu de mi. Oh, que dulce magia he de admitir.  Magia y felicidad.

Felicidad provocada por tu ser. Por cada parte de este, desde tu sonrisa hasta tu mirada. De tus caricias, tus palabras y tus bromas y tus besos también. De tus anécdotas, tus historias. El cambio de tu voz. De esa voz que es la mas dulce y perfecta melodía para mis oídos que no me cansaría de escuchar por mil años que pasaran. Como el sentir tus caricias y tu calor. Olfatear tu aroma, el ver tu ser y tu mirar hasta perderme en esta, cayendo hipnotizada.

Perfecto y especial. Un regalo hecho del mas maravilloso material. Siendo un dios en carne y hueso, solo para mi. Y yo, siendo tu guardián.  Para siempre amarte y cuidarte. Hacerte sonreír, provocando que nazca aquella felicidad y alegría. Que te llenes de vida, contagiándome de aquella magnifica sensación en mas de una ocasión. Ha, como te amo!. No me canso de decirlo, y de escucharlo de tus labios. Besarte, tenerte. Estar en armonía contigo y solo contigo. Admirar, y escucharte. El quedarme dormida a tu lado, siendo protegida por tus brazos. Arrullada por tu respiración, tu voz, y el suave susurro de tu corazón. Siendo calentada por los cálidos rayos de sol que nacen de este. Quedando profundamente dormida, acurrucados los dos.